Las jaulas para roedores son indispensables para una coexistencia segura en el hogar. Tu amigo la aceptará con rapidez como su hábitat para realizar las actividades cotidianas, principalmente –jugar, comer y dormir-. Se trata de proporcionarles un hábitat amplio, cómodo, ventilado, seguro y divertido donde tu mascota pueda desarrollar los sentidos y descargar su energía.
Según la talla de la especie y su movilidad, cada roedor posee unas necesidades distintas, y las jaulas han de adaptarse a ellas.
Los roedores grandes como las cobayas y los conejos requieren las jaulas más grandes: una longitud de 70 cm aproximadamente es la recomendable. Por su parte, los hámsters y los jerbos se conforman con menos espacio, y una jaula de 50 cm basta para ellos, aunque es conveniente que instales en el interior ruedas o rampas para que se ejerciten para mantenerse en forma y se entretengan.
En el caso más especial de las ardillas y las chinchillas, lo preferible es una jaula más alta de lo habitual, de entre 50 cm y 70 cm, dotada con plataformas, rampas o escaleras para que puedan trepar a los niveles superiores, y ruedas para fomentar el juego y en las que poder hacer ejercicio.